MAR, «Obra en proceso» para la Pre-biennal World Textile Art – Online
Registro fotográfico de la obra Mar, seleccionado para la Pre-bienal World Textil Art, Chile. A continuación imágenes y texto reseña de reflexión sobre creación textil en tiempos de confinamiento.



La situación de confinamiento generada por el Covid-19 me “obligó” a instalarme en mi casa y taller cerca de Girona – en el campo – y a estar mucho menos en la ciudad de Barcelona, pasando a dar clases online en la Universidad de Barcelona y a cancelar, posponer y/o virtualizar otros proyectos. Poder habitar durante semanas seguidas un mismo lugar, sin moverme más que a pie por el jardín y los bosques, ha sido crucial en estos meses en relación a mi proceso creativo, y ha supuesto un regreso al silencio y a la observación, una pausa. Este encuentro con la materialidad del tejido y conmigo misma me ha servido para calmar y aposentar ideas, procesos y proyectos que sólo necesitaban tiempo y silencio para madurar.
El hecho de saciar mi silencio y meterme de lleno en una creación lenta, me ha hecho dar cuenta de lo importante que es el ritmo a la hora de generar propuestas artísticas y reflexión. Creo que el mundo natural, el mundo sensible, anda a pie. Estos han sido meses de derivas, caminatas, encuentros nuevos con las plantas y materias de mi territorio más cercano, plantas tintóreas y fibras de tejido. Tengo que andar lenta para poder entender, me digo a mi misma.
Mi proceso creativo se ralentizó y profundizó, tomó otra volada, se han abierto posibilidades, afluentes y valles que antes no conocía. Lo cercano, lo cotidiano y lo sencillo tomaron más importancia que nunca y pude tomarlo como parte del proceso de creación. Tejer ha vuelto a ser ese acto de resistencia íntima, lenta, enraizada al ritmo de la vida, que me lleva a un hacer sincero, lento y humano. La mente se calma y puedo ver lo nuevo.
Por otro lado, la distancia con la comunidad ha significado un cambio sustancial en mi trabajo, a menudo en movimiento, en intercambio y relación. Estos meses la reciprocidad se dio con lo íntimo, con los bosques, con los materiales y con todo el eco viejo que siguió varias semanas-meses durante el confinamiento hasta tomar un lugar. Cómo cuando la tormenta ya se ha ido, que su presencia y humedad duran un ratito más, aunque en el cielo ya esté brillando el sol. Sin duda, ha sido una posibilidad para dejar a las aguas calmarse. No obstante, ha sido crucial también recuperar, después de este confinamiento, el intercambio, la relación con el otro. Mi creación ya no es la misma, me digo, tenemos que volver a descubrir-nos. Creo que el ejercicio al que me ha llevado este distanciamiento ha sido muy nutritivo para la creación. A un vaso lleno no se le puede enseñar nada nuevo. Este ha sido un tiempo de vaciado, el reposo indispensable de la semilla dentro de la tierra para luego poder brotar.